Signos y síntomas de un carcinoma de piel
Los carcinomas de piel no presentan síntomas, salvo en los casos en que el tumor se encuentra en fase diseminada. Lo habitual es que las señales o signos de aparición de los cánceres de piel en su fase inicial sea la aparición de una lesión en la piel o cambios en una lesión preexistente.
Los carcinomas cutáneos no melanoma aparecen en las zonas más frecuentemente expuestas a la luz del sol y, por tanto, a la radiación UV.
La zona de la cabeza y del cuello (55% de los casos), el dorso de las manos y los antebrazos (18% de los casos) y las piernas (13% de los casos) son los lugares más habituales dónde aparecen los carcinomas cutáneos. El carcinoma de células basales asienta casi en el 70% de los casos en la cara y cuello.
Signos más frecuentes del carcinoma cutáneo
Los signos más frecuentes son:
• Lesión eritematosa o enrojecida sobreelevada.
• Una llaga o úlcera plana con costra que cae y vuelve a salir. Esta herida no cicatriza y con el tiempo de hace de mayor tamaño.
• Una zona áspera y escamosa, que no mejora y ocasionalmente aparecen lesiones costrosas.
• Lesión eritematosa que sangra con facilidad.
Evolución del carcinoma cutáneo
La lesión que el sol induce en la piel pasa por una serie de situaciones clínicas progresivamente más agresivas hasta que se desencadena un carcinoma cutáneo invasivo. La primera lesión, todavía benigna, es la llamada “queratosis actínica”. Es una lesión levemente elevada, como una placa eritematosa con tendencia a la descamación. Entre el 1% y el 8% de estas lesiones evolucionarán a un carcinoma epidermoide de la piel. El 80% de los carcinomas epidermoides de la piel asientan sobre, o en la proximidad de queratosis actínicas.
El siguiente paso en la malignización es el carcinoma "in situ". El aspecto es de una placa, nódulo o pápula eritematosa, dura, hiperqueratósica (con tacto áspero), fija e infiltrada. Puede aparecer de forma aislada o como lesiones múltiples.
Por último, el carcinoma invasivo puede tener también el aspecto de un nódulo o placa dura eritematosa, de color rojizo, que puede ulcerarse y sangrar levemente. En general es una lesión asintomática, o como mucho que puede causar cierto picor.