Cáncer de piel
El cáncer de piel es uno de los más frecuentes a nivel mundial. Según datos de Globocam (IARC-OMS), se estima que en 2022 en el mundo se diagnosticaron más de 1,5 Millones de nuevos casos de cáncer de piel (melanomas y no melanomas). Es uno de los tumores más frecuentes y los carcinomas cutáneos no melanoma son los 5º en incidencia a nivel mundial.
En España se estima que se diagnosticaron 20.392 nuevos cánceres de piel en total en el año 2023, según las estimaciones del Observatorio del Cáncer (de la Asociación Española Contra el Cáncer), lo que representa algo más de un 8% (8,21%) del total de los cánceres diagnosticados en este año. Son los carcinomas no melanomas los más frecuentes con 14.430 casos nuevos, frente a los 5.962 diagnósticos de melanoma realizados en nuestro país en 2023.
Según datos de la AEDV (Asociación Española de Dermatología y Venereología) esta cifra de incidencia ha aumentado aproximadamente un 40% en los últimos 4 años.
Los cánceres cutáneos se dividen en dos grupos principales, porque se originan en diferentes tipos de células de la piel: carcinomas y melanomas.
Tienen diferencias también en cuanto a forma de presentación, frecuencia de aparición, así como en tasas de mortalidad. Por ejemplo, los melanomas siendo mucho más infrecuentes, tienen mayor agresividad y pueden amenazar la vida de la persona. Esto no suele ocurrir y es mucho más raro en el caso de que el diagnóstico sea de carcinoma, y aunque la mayor parte de las veces no son mortales, pueden provocar alteraciones y deformidades cutáneas.
Se sabe que el principal factor de riesgo para estos cánceres es evitable, y está relacionado con las radiaciones ultravioletas, en su mayor parte procedentes de la exposición solar excesiva. Es muy importante tomar conciencia de la importancia de establecer las adecuadas medidas de prevención: evitar la exposición solar intensa, protegerse la piel y usar cremas fotoprotectoras. Esto permitiría disminuir la aparición de estas lesiones, además de mejorar los daños de la piel (quemaduras y el envejecimiento intenso).
Además, el vigilar la aparición de lesiones anómales en la piel, ya que este es un órgano muy visible, nos permite poder realizar diagnósticos en fase precoz, por medio de la realización sistemática de una autoexploración cutánea. En los casos de sospecha de melanoma, existen una serie de normas que nos ayudan a su identificación: la regla del ABCDE.
Ante cualquier alteración es necesaria la consulta con el dermatólogo, que además del examen profesional y biopsia, pautará las pruebas necesarias para identificar el tipo de tumor, y así confirmar el diagnóstico y estadio tumoral. Es muy importante la identificación precisa del tipo celular, así como valorar la extensión y profundidad de afectación de la piel, y su posible diseminación a otras zonas del cuerpo. Esto condiciona de forma importante las opciones de terapia.
Los tratamientos pueden ser diferentes según el tipo de tumor, siendo quirúrgico con frecuencia en las fases más precoces, aunque también se pueden utilizar otras terapias como: radioterapia, quimioterapia, tratamientos dirigidos e inmunoterapia… Dependiendo de los tipos tumorales y fase de la enfermedad en que se encuentre.
En los últimos años, gracias a la investigación se han conseguido grandes avances terapéuticos, que están ayudando a mejorar la eficacia de los tratamientos y mejorar la supervivencia (sobre todo en los casos de melanomas en fase diseminada con la inmunoterapia).
La información ofrecida en este sitio no sustituye a la consulta médica, sino que pretende ser un complemento o aclaración sobre lo relacionado con los cánceres de piel.
Si necesitas apoyo, la Asociación Española Contra el Cáncer dispone de una serie de servicios y programas para la atención integral de las personas con cáncer:
- Información: porque un diagnóstico de cáncer impacta siempre a la persona, e incluso a su entorno. La falta de información es la principal fuente de miedo y ansiedad. La información rigurosa puede ayudar a tomar decisiones adecuadas, y a acceder a las ayudas y recursos necesarios para afrontar mejor el proceso de enfermedad.
- Apoyo y acompañamiento: atención sanitaria, atención psicológica, atención social y acompañamiento.