Seguimiento del cáncer de páncreas
Cuando se ha finalizado el tratamiento, el paciente entra en una nueva etapa que es el seguimiento de la enfermedad, y para ello es necesario realizar revisiones periódicas cuyo objetivo es confirmar que la enfermedad no aparece y, de hacerlo, proponer el mejor tratamiento lo antes posible.
Desgraciadamente, aunque el tratamiento realizado se haya completado según el esquema propuesto siempre existe riesgo de recaída de la enfermedad. Por ello, es muy importante realizar las revisiones programadas, ya que, si la enfermedad reaparece, un diagnóstico precoz de la recidiva permitirá proponer un nuevo tratamiento que controle la enfermedad.
En los pacientes sometidos a cirugía exclusivamente o que han realizado cirugía y terapia adyuvante con quimioterapia o radioterapia o ambas, se propone un seguimiento inicial de revisiones periódicas cada 3 meses de inicio y se van espaciando a 4-6 meses según nos alejamos de la fecha del tratamiento inicial. En estas revisiones suele realizarse analítica completa (incluye función hepática, renal y marcador tumoral CA 19.9).
Las pruebas de imagen que se piden en cada revisión las solicitará el especialista encargado del seguimiento del paciente, en función de las características individuales de cada paciente, tratamientos realizados y probabilidades de recaída. Las pruebas de imagen pueden ser cualquiera de las siguientes: radiografía de tórax, ecografía abdominal, TAC abdominal y PET-TAC.
En cada revisión es importante que el paciente refiera cualquier síntoma de nueva aparición como dolor, cansancio o pérdida de apetito, para que el facultativo en función de esos síntomas valore la necesidad de realizar las pruebas de imagen o analíticas que requiera la aparición de ese síntoma.
En las revisiones, es muy importante también hacer un seguimiento de los efectos secundarios o secuelas que los tratamientos hayan podido ocasionar en los pacientes supervivientes para detectar las necesidades y brindar el apoyo requerido en cada situación, siendo frecuente en el largo superviviente de cáncer de páncreas la necesidad del apoyo nutricional, apoyo en el manejo o control del dolor y apoyo psicológico.
También es conveniente, en los casos en que la progresión del tumor ocasiona dificultades en el control del dolor u otros síntomas, que el paciente sea derivado a equipos de profesionales que se ocupen de tratamientos más específicos para este tipo de problemas: unidad de dolor o cuidados paliativos.