¿Qué es el cáncer de páncreas?
Un cáncer se origina cuando un conjunto de células crece de forma descontrolada y tienen capacidad para invadir tejidos vecinos (invasión local), y el torrente sanguíneo o linfático, y llegar así a órganos y tejidos a distancia (metástasis). Cuando las células sin control son originarias del páncreas, estamos hablando de un cáncer de páncreas.
Anatomía del páncreas
El páncreas es uno de los órganos implicados en la digestión de los alimentos, controlando también los niveles de glucosa en sangre. Es importante conocer su anatomía y su situación con respecto al resto de estructuras y órganos abdominales.
Se sitúa en el retroperitoneo que es la parte posterior del abdomen, detrás del peritoneo, que es el tejido que reviste la pared abdominal y cubre la mayoría de los órganos del abdomen.
El páncreas se divide en:
• Cabeza: está a la derecha del abdomen, detrás del estómago y el duodeno y próxima al colédoco, que es el conducto que lleva la bilis desde el hígado y la vesícula hasta el duodeno.
• Cuerpo: se encuentra detrás del estómago.
• Cola: se sitúa a la izquierda del abdomen, próxima al bazo.
Conocer su localización permite entender los síntomas asociados al cáncer de páncreas.
Tipos de cáncer de páncreas
El 60% de los tumores se originan en la cabeza del páncreas, el resto en el cuerpo y menos frecuentemente en la cola del páncreas.
El páncreas tiene dos tipos diferentes de glándulas: exocrinas y endocrinas.
Las exocrinas producen el jugo pancreático rico en bicarbonato y neutralizan el pH ácido del estómago convirtiéndolo en alcalino para que puedan actuar las enzimas pancreáticas y así facilitar la digestión de los alimentos. El 90% de los tumores pancreáticos se originan en esta porción exocrina. Estos tumores reciben el nombre de adenocarcinoma de páncreas y en este tumor es el que nos vamos a centrar de ahora en adelante.
Sólo el 2% de las células pancreáticas son endocrinas, se agrupan en islotes, llamados islotes pancreáticos de Langerhans, más abundantes en la cola y se encargan de la producción de insulina, glucagón, somatostatina, péptido inhibidor vasoactivo (VIP) y polipéptido pancreático (PP). Cuando el cáncer se desarrolla en la porción endocrina se habla de tumor neuroendocrino y podrá denominarse según la hormona que produzcan las células: insulinoma, glucagonoma, somatostatinoma y vipoma. Son tumores de comportamiento menos agresivo, con tratamientos diferentes al adenocarcinoma de páncreas, que permiten controlar la enfermedad en más del 70% de los casos.
El adenocarcinoma de páncreas, como el resto de los tumores malignos, puede diseminarse localmente e invadir órganos y estructuras próximas como la vía biliar, estómago, duodeno o bazo, o extenderse por vía linfática y hematógena, siendo en este caso, el hígado, la vía de diseminación más frecuente.
El cáncer de páncreas en cifras
En los últimos 25 años, se ha duplicado la incidencia del cáncer de páncreas. A nivel mundial en 2022, con los datos del Observatorio Global del Cáncer, el cáncer de páncreas ocupa el puesto 12 en incidencia, se diagnosticaron 510.992 casos. La principal causa de este aumento ha sido el envejecimiento de la población sumado a la obesidad y tabaquismo.
En España, los datos del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer muestran una incidencia anual en 2023 de 8.993 casos, de los que 4.441 fueron varones y 4.552 mujeres.
El cáncer de páncreas es una enfermedad con mal pronóstico. En 2022, los datos del Observatorio Global del Cáncer registraron 467.409 defunciones por cáncer de páncreas ocupando el 6 puesto en letalidad. Según los datos del registro EUROCARE (European Cancer Registry based study on survival and care of cancer patients) la supervivencia relativa (ajustada por otras causas de muerte ) del cáncer de páncreas al año del diagnóstico es del 21% y a los 3 y 5 años es del 7% y 5% respectivamente. En pacientes con enfermedad metastásica la mediana de supervivencia global desde el diagnóstico es de 5 meses.
A pesar del mal pronóstico, en informe EUROCARE se recoge también que la supervivencia aumenta cuando los pacientes son tratados por equipos multidisciplinares. En los últimos 5 años se ha observado por primera vez un incremento de supervivencia en pacientes con enfermedad metastásica debido al uso de esquemas de quimioterapia más eficaces. Los ensayos clínicos en marcha y el aumento de los estudios NGS (secuenciación genómica) aportarán en un futuro próximo nuevos avances en el tratamiento que permitan seguir mejorando la supervivencia.