Síntomas del Linfoma no Hodgkin

Como se explicaba al comienzo, los síntomas del Linfoma no Hodgkin que se presentan en un paciente con linfoma no Hodgkin pueden ser muy variados y dependen de múltiples factores, tales como el subtipo de linfoma no Hodgkin, la rapidez en la evolución de la enfermedad (linfoma no Hodgkin agresivo o indolente), la región linfática o los órganos afectados o las características intrínsecas del paciente (edad, presencia de otras enfermedades, etc.)

Tipos de síntomas

El síntoma inicial que puede hacer sospechar de la presencia de un linfoma no Hodgkin es la aparición de una adenopatía o linfadenopatía (crecimiento de un ganglio, generalmente no doloroso en el caso de los linfomas) que puede afectar a cualquier territorio donde existen ganglios habitualmente: en el cuello, por encima o debajo de las clavículas, en la axila, en las ingles… el crecimiento hace que se puedan palpar e incluso observar a simple vista.

En ocasiones estas adenopatías crecen en el interior del cuerpo, en zonas no palpables, dando lugar a molestias inespecíficas derivadas de la compresión o compromiso de los órganos o tejidos adyacentes (malestar digestivo, molestias respiratorias…).

De hecho, la aparición de dolores abdominales o intestinales, dolores óseos o hemorragias puede tener lugar en hasta el 30% de los linfomas agresivos (ver Clasificación del linfoma no Hodgkin).

Respecto a las adenopatías, es importante tener en cuenta que la presencia de un bulto en un ganglio en sí mismo no implica que el paciente presente un linfoma, puesto que este agrandamiento ganglionar puede tener su origen en una infección o proceso reactivo (causa más frecuente de adenopatías). En esos casos los ganglios suelen doler cuando son palpados e ir acompañados de síntomas de infección.

En otras ocasiones, la presencia de adenopatías puede asociarse a otros problemas de salud. Por este motivo, si se observa el abultamiento de algún ganglio, se recomienda no alarmarse, pero sí acudir al especialista, quien decidirá si es necesario realizar algún tipo de prueba o procedimiento médico.

A pesar de que la enfermedad puede debutar de este modo en más del 60% de los pacientes, en otros casos es habitual que el linfoma no Hodgkin no produzca síntomas inicialmente

Síntomas sistémicos

Algunos pacientes con linfoma no Hodgkin pueden presentar también síntomas sistémicos como fiebre (sin foco aparente, y continuada durante varios días, que puede alcanzar los 38ºC), sudoración nocturna abundante (hasta el punto de ser habitual tener que cambiarse el pijama y las sábanas durante el descanso nocturno sin que exista un calor que lo justifique) o pérdida de peso marcada, no intencionada y sin una causa aparente (generalmente mayor del 10% del peso corporal en un plazo de tiempo de pocos meses).

En conjunto, esta sintomatología se conoce como síntomas B, que suelen aparecer de forma más frecuente también en los linfoma no Hodgkin agresivos (cerca del 50% de los pacientes con este subtipo de LNH), y de forma menos habitual en los linfoma no Hodgkin indolentes (menos del 25% de los pacientes).

Adicionalmente pueden aparecer otros síntomas menos frecuentes como el cansancio o fatiga continuados, así como picores (prurito) e irritación de la piel que pueden venir acompañados de erupciones o manchas cutáneas.

 

Este contenido ha sido revisado por la Dra. Sara Alonso Álvarez:

  • Hematóloga clínica / Sección Citogenética Hematológica
  • Servicio de Hematología y Laboratorio de Hematología (Área de Gestión Clínica del Laboratorio de Medicina)
  • Hospital Universitario Central de Asturias