Linfoma no Hodgkin
Los linfomas son un conjunto de enfermedades que afectan a los linfocitos que son un tipo de células sanguíneas de la serie blanca, encargada de nuestro sistema inmune o de defensa. Pueden existir muchos subtipos de linfomas, con muy diversas formas de comportarse.
Los linfomas No Hodgkin (LNH) constituyen uno de los 2 subgrupos principales de linfomas, de los que en España se diagnosticaron 9.234 nuevos casos en el año 2023, según las estimaciones del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer.
Este subgrupo lo forman más de 30 tipos de linfomas muy diferentes, pero que se clasifican según dos formas principales de comportamiento:
- Los que evolucionan como enfermedades más agresivas y de rápido desarrollo, que son más fácilmente curables;
- Los que se conocen como de evolución indolente y más lentos en su crecimiento, en los que la cronificación de la enfermedad es lo habitual.
Al afectarse los glóbulos blancos, por ser células que se localizan en la sangre, pero se transforman para ejercer su función en los órganos linfáticos (ganglios linfáticos, bazo, …), puede detectarse como una alteración en los análisis de sangre, o bien manifestarse como crecimiento de un nódulo visible y/o palpable, si se afectan los ganglios localizados en zonas superficiales (cuello, clavículas, ingles). En ambos casos las alteraciones pueden indicar una posible sospecha diagnóstica.
Se desconoce la existencia de factores causales que provoquen estos procesos, aunque sabemos que el padecimiento de algunas infecciones (víricas fundamentalmente), y/o algunos procesos que alteran la capacidad inmune de la persona, pueden favorecer la aparición de algunos de los subtipos de linfomas. Pero no es posible realizar medidas de prevención más allá de los hábitos saludables en general.
No existen pruebas de cribado para este tipo de padecimientos. Pero al afectar a un tipo de células de la sangre y estar éstas también en el interior de los ganglios linfáticos (e incluso en la medula ósea), es frecuente que se puedan diagnosticar a veces de forma casual en una analítica, o al analizar un crecimiento visible de un ganglio (también llamado adenopatía) con características sospechosas.
En otras situaciones, el diagnóstico puede ser tras el estudio de una persona tras la aparición de síntomas como fiebre, sudoración nocturna abundante, dolores, y pérdida de peso. Es entonces cuando la sospecha diagnóstica debe confirmarse con el estudio de la sangre y/o con la anatomía patológica del ganglio linfático sospechoso.
El diagnóstico requiere una serie de pruebas que identificarán los subtipos específicos de linfoma según las diferentes características y tipologías de las células encontradas por los estudios del laboratorio de hematología.
Pero, por otra parte, será necesaria la realización de una serie de pruebas (TAC, PET, punción de médula ósea, etc.) para el estadiaje, que será lo que permita identificar la fase de extensión de la enfermedad.
Así, en función del tipo de células afectadas, el grado de diseminación de la enfermedad, y las características particulares de la persona, el equipo médico adecuará la pauta terapéutica individualizada.
Hay personas que solo van a requerir controles periódicos por su médico, durante largos periodos de tiempo. En ocasiones los tratamientos a pautar pueden ser de diversos tipos, e incluso combinar diferentes terapias según sea preciso en cada caso. La quimioterapia es el tratamiento más habitual, y con frecuencia se utilizan diferentes combinaciones de fármacos. El tratamiento con inmunoterapia es también una opción en algunos tipos de linfomas, y es frecuente que se combine con esquemas de quimioterapia. Otra opción es el trasplante de células madre o progenitoras; que suele ser necesario en algunas situaciones, sobre todo en pacientes que han presentado resistencia a otras terapias previas, así como la terapia con Células CAR-T. Por último, la radioterapia puede ser también de utilidad en algunos casos muy concretos de linfomas localizados, fundamentalmente.
En cualquier caso, es esencial seguir investigando, para poder mejorar el diagnóstico de los diversos Linfomas No Hodgkin con la mayor precisión posible, así como avanzar en las posibles opciones terapéuticas. Porque todo ello en general redundará en la mejora del pronóstico y la calidad de vida de los pacientes.
La información ofrecida en este sitio no sustituye a la consulta médica, sino que pretende ser un complemento o aclaración sobre lo relacionado con el Linfoma No Hodgkin.
Actualización de los datos epidemiológicos en septiembre de 2024.