Seguimiento y revisiones del cáncer de cérvix
Después de finalizar el tratamiento, es necesario realizar consultas de seguimiento con el oncólogo durante años. Es muy importante que las pacientes acudan a todas las citas, ya que en estas visitas, el médico interroga sobre el estado general y la aparición de nuevos síntomas, posteriormente realiza una exploración y probablemente solicita una serie de pruebas para confirmar que todo va bien.
Incluso tras el tratamiento más completo, existe un riesgo de reaparición de la enfermedad. Por eso, su diagnóstico precoz permite instaurar un nuevo tratamiento y controlar la enfermedad.
Las revisiones son necesarias para confirmar que sigues bien, para seguimiento de la enfermedad y para controlar los efectos secundarios del tratamiento.
La frecuencia de las visitas de seguimiento y las pruebas solicitadas suelen seguir un protocolo, aunque puede variar dependiendo de la fase de la enfermedad.
En los primeros dos años probablemente las revisiones se realicen cada 3 meses, posteriormente y hasta los 5 se harán cada 6 meses. A partir de los 5 años las revisiones serán anuales.
Las pruebas que habitualmente se solicitan en las revisiones periódicas tras la realización de una exploración ginecológica minuciosa, pueden ser las siguientes:
- Analítica completa: se determinan parámetros que nos indican el funcionamiento del hígado, del riñón y del resto de órganos.
- Radiografía de tórax: con ella se valora cómo están los pulmones.
- Ecografía abdominal: permite visualizar la existencia o no de lesiones en el hígado que nos hagan sospechar una metástasis.
- TC pélvico: se estudia el estado de la pelvis.
- RM pelvis: es más precisa que el TC para ver los tejidos de la pelvis y si hay recidiva.
- Citología vaginal: la realiza el ginecólogo y permite ver si existen células tumorales en el cuello del útero.
Recomendaciones generales
Las revisiones son el momento perfecto para hablar con tu oncólogo sobre cualquier cosa que te preocupe como aparición de nuevos síntomas o persistencia de los mismos.
Tras el tratamiento es importante adoptar estilos de vida saludables, tales como dejar de fumar, una alimentación sana y equilibrada, realizar ejercicio físico de forma habitual y mantener un peso saludable. Se sabe que estos cambios en tu forma de vida pueden tener efectos positivos en su salud.
Supervivencia del cáncer de cuello uterino
La supervivencia y el control pélvico/ local del cáncer de cuello uterino se correlacionan con el estadio de la enfermedad, aunque también depende de otros factores como la edad, el estado general y el subtipo de tumor y que nos condicionarán el tratamiento y la supervivencia de las pacientes.
La tasa de supervivencia a 5 años para las personas con cáncer de cérvix ronda el 66%, es decir, aproximadamente un 70 % de las pacientes que sufren un cáncer invasivo de cérvix en España sobreviven más de 5 años. Se trata de una supervivencia global, sin tener en cuenta edad, tipo histológico o fase de la enfermedad.
La supervivencia, ha mejorado en la última década (41% para casos diagnosticados entre 1980 y 1985, y 65% para los diagnosticados entre 1990 y 1994), y se espera que esta tendencia continúe. En líneas generales:
- Si el tumor se trata en un estadio temprano, la tasa de supervivencia a 5 años es del 92%. El subtipo histológico adenocarcinoma tiene peor pronóstico que el carcinoma escamoso.
- Si el cáncer se ha diseminado a los ganglios o a los tejidos circundantes, la tasa de supervivencia a 5 años es del 58%
- Si el cáncer se ha diseminado a otras partes distantes del cuerpo (metástasis a distancia), la tasa de supervivenca a 5 años es del 18%.
El 85% de los fallecimientos por cáncer de cérvix se producen en países en vías de desarrollo. Es uno de los principales problemas de salud en estas zonas, mientras que en los países desarrollados, gracias a las campañas de diagnóstico precoz y el acceso a nuevas técnicas de tratamiento, la supervivencia ha aumentado de forma significativa como se ha descrito previamente.
Este contenido ha sido revisado en marzo de 2023 por Miren Gaztañaga Boronat. Servicio de Oncología Radioterápica. Hospital Clínico San Carlos, Madrid.