Ingredientes
- 8 cebollas medianas
- Aceite de oliva
- 800 g Caldo de pollo
- 150 g de queso fuerte rallado tipo Manchego seco o Parmesano
- 250 g Nata líquida
- Sal
- Pimienta negra
- Azúcar
Elaboración
- Pelar y cortar a la juliana las cebollas y poner a rehogar en un cazo con un chorro de aceite y sal a fuego medio. Ir removiendo constantemente, añadir una pizca de azúcar. Si es preciso añadir un poquito de agua para que no se queme. Bajar el fuego al mínimo y dejar que vaya caramelizando hasta que quede como una confitura.
- Una vez se haya confitado, añadir el caldo de pollo y dejar hervir unos diez minutos, triturar la sopa con un túrmix y rectificar de sal y pimienta. Si se prefiere, se puede colar para que sea más fina.
- Poner la nata en un cazo y arrancar el hervor. Retirar del fuego y verter el queso rallado, remover hasta que se funda. Colar la crema y salpimentar. Guardar en la nevera.
- Una vez esté fria la crema, batir enérgicamente con una varilla o batidor para que aumente de volumen.
Servir la sopa bien caliente en una taza o vaso con una cucharada de crema de parmesano fría encima.
Es muy agradable el degustar la sopa mientras se va fundiendo la crema de parmesano creando un efecto frío-caliente.
Si se quiere que el plato sea más completo, se puede poner diferentes ingredientes: huevo escalfado, picatostes, langostinos salteados.