Tratamiento del cáncer de tiroides
Una vez que se ha confirmado el diagnóstico, y se han realizado las pruebas necesarias para conocer en qué fase está la enfermedad, se debe determinar cuál es el tratamiento para el cáncer de tiroides más adecuado.
Como en la mayoría de las patologías oncológicas, el mayor beneficio para los pacientes se consigue con el manejo multidisciplinar.
En el abordaje de los pacientes con cáncer de tiroides es fundamental la interacción del cirujano, endocrinólogo, especialista en medicina nuclear, oncólogo radioterápico y oncólogo médico.
Elección del tratamiento
El especialista recomendará y explicará las posibilidades de tratamiento más óptimas en cada caso, para que el paciente con toda la información pueda junto con el médico tomar una decisión.
En el tratamiento del cáncer de tiroides se sigue un protocolo, es decir un conjunto de normas y pautas (plan de tratamiento), establecidas en base a la experiencia científica que se tiene en el tratamiento de este tumor.
Estos protocolos, que se emplean de forma generalizada en todos los hospitales, recogen las indicaciones o limitaciones del tratamiento en función de los siguientes factores:
- Fase o estadio en la que se encuentre la enfermedad
- Tipo de tumor
- Características del paciente: edad, enfermedades que dificulten algún tratamiento específico o estado nutricional.
tipos de tratamientos
Existen varios tratamientos para el cáncer de tiroides. Se emplean varios tipos de tratamiento, dirigidos a curar el cáncer cuando es posible, o al menos paliar los síntomas.
La cirugía sigue teniendo un papel primordial, si bien en pacientes con factores de mal pronóstico (invasión vascular, subtipos histológicos agresivos, etc.) se suele utilizar la ablación con radioiodo tras la intervención quirúrgica.
Los cambios en el tratamiento del cáncer de tiroides en los últimos años, se refieren fundamentalmente a la enfermedad avanzada sin cambios en cuanto a tratamiento local.
cirugía
El tratamiento primario de todas las formas de cáncer de tiroides es la cirugía. Generalmente se recomienda extraer toda la glándula, o la mayor cantidad de tejido tiroideo que puedan extraer de una manera segura.
Hay varios tipos:
- Lobectomía: operación en la que se extrae sólo el lado de tiroides donde se encuentra el cáncer. Se pueden extraer ganglios linfáticos en el área para determinar si están afectados.
- Tiroidectomía casi total: operación en la que se extrae todo el tiroides salvo una pequeña parte para preservar una glándula paratiroidea.
- Tiroidectomía total: operación en la que se extrae todo el tiroides, es la técnica de elección en el tratamiento quirúrgico del cáncer de tiroides
- Disección de ganglios linfáticos: operación en la que se extraen los ganglios linfáticos del cuello (suele realizarse con la tiroidectomía).
complicaciones de la cirugía del cáncer de tiroides
Las principales complicaciones de la cirugía del tiroides son:
- El hipotiroidismo, ya que al extirpar todo el tejido del tiroides no se producen hormonas tiroideas, por lo que es necesario administrar tratamiento hormonal sustitutivo de por vida con T4 sintética.
- La disfonía: puede aparecer un cuadro de disfonía transitorio o cambio de voz, que mejora o se recupera pasadas unas semanas tras la cirugía.
- La hipocalcemia o bajada de calcio. El cirujano separa las glándulas paratiroideas durante la intervención, por lo que la bajada de calcio suele ser transitoria y tras unas semanas o meses se recupera. En ocasiones puede ser definitiva, por lo que se precisará tratamiento con calcio.
Otros efectos secundarios son la hemorragia y las infecciones de la herida, como en cualquier intervención quirúrgica.
Tratamiento con yodo radiactivo
Con frecuencia, el cáncer de tiroides se cura con solo la cirugía, especialmente si el cáncer es pequeño. Sin embargo, si el médico piensa que tienes tiene un alto riesgo de volver a sufrir enfermedad, el yodo radiactivo puede ser utilizado como un tratamiento para destruir las células tiroideas cancerosas que puedan quedar.
Los carcinomas de tiroides papilares y foliculares se desarrollan a partir de las células foliculares del tiroides (captan yodo de nuestro organismo y producen las hormonas tiroideas y la tiroglobulina).
Estas células del tiroides no sólo absorben el yodo normal de la dieta si no también el yodo radioactivo o I-131 que se emplea para tratamiento de este tipo de tumores (terapia metabólica).
¿Cómo se administra el yodo radiactivo?
El yodo radioactivo se administra por vía oral y sólo se incorpora al tejido tiroideo destruyéndolo sin causar daño a ningún otro órgano.
El I-131 tiene un alcance de 2 mm y actúa de forma constante durante un periodo de tiempo largo.
¿Cúando y dónde se realiza?
El tratamiento se suele realizar tras la cirugía y su objetivo es eliminar los posibles restos de tejido tiroideo, tanto en la zona de la cirugía como en otra localización y, reducir así las posibilidades de recidiva.
En caso de enfermedad residual o recidiva es necesario repetir el tratamiento con yodo radioactivo.
Este tratamiento se realiza en el servicio de Medicina Nuclear y requiere una preparación previa del paciente para conseguir una mayor efectividad del tratamiento.
efectos secundarios del yodo radiactivo
Los efectos secundarios del tratamiento suelen ser transitorios en la mayoría de los casos y ceden con tratamiento sintomático. Los más frecuentes son la inflamación del tiroides (tiroiditis) o de las glándulas salivares, gastritis y náuseas y vómitos.
Otros efectos secundarios más graves se producen muy infrecuentemente y dependen de la dosis administrada.
Es importante evitar un embarazo durante el tratamiento y el primer año tras el mismo.
quimioterapia
El objetivo de la quimioterapia en el cáncer de tiroides es destruir, empleando una gran variedad de fármacos, las células que componen el tumor con el fin de lograr la reducción o desaparición de la enfermedad.
Quimioterapia en el cáncer diferenciado de tiroides (CDT)
Durante años, la quimioterapia ha sido utilizada en el cáncer de tiroides resistente al empleo de yodo radioactivo.
Esta situación se define cuando se observa al menos una lesión tumoral que no presenta captación de radioyodo, o que progresa radiológicamente en los primeros 12 meses tras la administración de un ciclo de yodo radioactivo o que presentan enfermedad persistente tras la administración de una dosis de yodo radioactivo superior a 600 mCi.
Quimioterapia en el carcinoma medular de tiroides (CMT)
Tras el fracaso de un tratamiento con tiroidectomía y linfadenectomía cervical, los pacientes con CMT recibían hasta ahora medidas encaminadas al cuidado paliativo o quimioterapia.
En general, los cánceres de tiroides no responden bien a la quimioterapia. No obstante, se han producido avances importantes con la llegada de algunos medicamentos de terapia dirigida. Se trata de una clase de medicamentos de terapia dirigida, conocidos como inhibidores tirosin-quinasa,
Este tipo de tratamiento ha supuesto un avance en los pacientes que progresan a tratamiento con yodo radiactivo. Bajo esta denominación se agrupa una serie de moléculas dirigidas a bloquear los cambios químicos que ocurren en el dominio intracelular de los receptores de membrana desencadenando la cascada de transmisión de la señal de crecimiento hacia el núcleo.
Se trata de fármacos orales, habitualmente bien tolerados y que se pueden tomar de continuo, si el paciente no presenta mucha toxicidad, hasta que la enfermedad se haga resistente a ellos.
Entre los tratamientos ya aprobados en este tipo de tumores podemos destacar Sorafenib, un inhibidor de varios receptores (multiquinasa), que se administra a una dosis de 400 mg, dos veces al día. Más recientemente han aparecido datos muy positivos con otros fármacos como, el Cabozantinib, Lenvatinib y Vandetanib, que están modificando el panorama terapéutico de esta enfermedad. Otros fármacos que han mostrado actividad son Sunitinib, Pazopanib y Axitinib.
Quimioterapia en el carcinoma anaplásico de tiroides (CAT)
Los CAT suponen menos del 2% del total de tumores derivados del tiroides, si bien
son los responsables del 15% de las muertes debidas a cáncer de tiroides.
Se consideran tumores quimiorresistentes, y la doxorrubicina en monoterapia apenas alcanza tasas de respuesta radiológica en menos del 20% de los pacientes que sólo en raras ocasiones perduran en el tiempo.
radioterapia
El objetivo de la radioterapia en el cáncer de tiroides es la de destruir las células tumorales causando el menor daño posible a los tejidos sanos que rodean dicho tumor.
Generalmente, este tipo de tratamiento no se usa contra cánceres que absorben yodo, porque en este caso se suelen tratar con yodo radioactivo. La radioterapia se utiliza en cánceres que no absorben yodo, después de la cirugía para aumentar el control local, o para tratar las recurrencias o paliar las metástasis.
terapia hormonal
Tras la cirugía del tiroides o su ablación con yodo radiactivo, suele ser necesaria la reposición de las hormonas tiroideas con la hormona sintética levotiroxina.
La hormona tiroidea también se debe utilizar como tratamiento ya que niveles altos de esta hormona disminuye los niveles de otra hormona TSH (hormona estimulante de tiroides); estos niveles bajos de TSH resultan eficaces para controlar el cáncer de tiroides.