¿Cómo detectar el cáncer de testículo?

La manera en cómo se detecta un cáncer de testículo puede variar desde un hallazgo casual por el propio paciente, la existencia de algún síntoma o signo de los referidos anteriormente, o bien incidentalmente durante alguna prueba médica para el estudio de otra patología (por ejemplo: estudio de infertilidad y realización de una ecografía testicular).

Diagnóstico del cáncer de testículo

 

Pruebas para la detección de cáncer de testículo

Para el diagnóstico o detección del cáncer de testículo de un tumor de testículo se utilizan las siguientes pruebas:

Exploración física médica

La exploración física es el primer paso en el diagnóstico. Se debe explorar tanto de los testículos como del resto del cuerpo. 

Se buscará en los testículos la situación, tamaño, forma, sensibilidad, existencia de dolor, nódulos o bultos, consistencia, etc. En el resto se explorará la existencia de adenopatías (ganglios linfáticos aumentados de tamaño) u órganomegalias (aumento de tamaño del hígado o bazo). Si existe una sospecha o hay algún indicio de hallazgos anormales, se procederá a la realización de las pruebas complementarias oportunas.

Ecografía testicular

La ecografía testicular es una prueba inocua que utiliza los ultrasonidos para general imágenes que muestra para ver la estructura y posibles anormalidades del testículo (benignas o malignas) y sus anejos. Si lo que se observa es una masa sólida, tiene más posibilidades de tratarse de una lesión maligna que si se trata de una lesión quística o líquida. La ecografía tiene una sensibilidad y especificidad elevada para la detección de masas testiculares.

La ecografía más Doppler puede mostrarnos la presencia o ausencia de vascularización de la lesión (las lesiones malignas están generalmente vascularizadas).

Con un grado de recomendación fuerte, la Guía Europea de cáncer de testículo de la Asociación Europea de Urología recomienda realizar ecografía a todo paciente con sospecha de cáncer testicular.

Marcadores tumorales

Se indica un análisis de sangre para determinar los marcadores tumorales ya que, como hemos visto en un apartado anterior, algunos subtipos de tumores testiculares pueden elevar algunos marcadores tumorales específicos en sangre, que se pueden usar utilizar para la estadificación del tumor, seguir su evolución y la eficacia del tratamiento.

Entre estos marcadores se encuentran la alfafetoproteína (α-fetoproteína), la gonadotropina coriónica humana (β-HCG) y la lactato-deshidrogenasa (LDH). Los seminomas puros no producen alfa-fetoproteína y en algunas ocasiones puede verse elevada la β-HCG.

En cambio, los tumores no seminomatosos pueden mostrar elevados la α-fetoproteína y/o la β-HCG. La LDH puede indicar una extensión de la enfermedad, si bien, puede aumentar en situaciones no oncológicas. Los marcadores deben realizarse antes y después de la orquiectomía.

Exploración quirúrgica inguinal y Orquiectomía inguinal

Todo paciente con sospecha de masa testicular debe someterse a una exploación quirúrgica inguinal, con exploración testicular por vía inguinal (para tener controlado el cordón).

Si se encuentra un tumor en esta exploración debe realizarse una orquiectomía inguinal. Es un procedimiento para extirpar el testículo a través de una incisión en la ingle. El testículo extirpado se observa en el microscopio para determinar el tipo de tumor del que se trata.

Biopsia testicular

La biopsia testicular, bien tomando una muestra de tejido o por PAAF (punción con aguja fina) como se realiza en otro tipo de tumores y en otros órganos, a través del escroto el testículo está contraindicada en general, puesto que puede facilitar la dispersión del tumor por una ruta que no es la usual. Habitualmente con la ecografía y la existencia de marcadores suele ser suficiente para establecer un alto grado de sospecha de cáncer testicular. Lo que se realiza entonces es una orquiectomía por vía inguinal.

En raras ocasiones, cuando existen dudas sobre la naturaleza de la lesión testicular encontrada, puede realizarse una biopsia intraoperatoria. Se extrae el testículo por vía inguinal, se controla el cordón y se hace una biopsia que el anatomopatólogo analiza mientras el paciente permanece en quirófano. La intervención continúa según los hallazgos anatomopatológicos.

Sin embargo, la biopsia sí podría estar está indicada en pacientes con tumores retroperitoneales o mediastínicos de estirpe germinal.

La biopsia del testículo contraleteral debe comentarse con el paciente de alto riesgo de presentar neoplasia contralateral “in situ”, así como sus posibles consecuencias, según la Guía Clínica Europea de cáncer de testículo. Sólo excepcionalmente en casos de riesgo vital, por metástasis extensas podría comenzarse la quimioterapia antes de la orquiectomía.

Detección precoz del cáncer testicular

En la actualidad no existen campañas de detección precoz del cáncer testicular. Sin embargo, la autoexploración de forma periódica, puede recomendarse en familiares de pacientes afectos de cáncer testicular  y del testículo contralateral en el paciente.

ESTUDIOS DE DIAGNÓSTICO POR LA IMAGEN

Una vez realizado el diagnóstico de cáncer de testículo, el siguiente paso es proceder a un estudio de extensión para establecer si el cáncer se ha extendido a otras partes del organismo. Para ello se realizan pruebas de diagnóstico por la imagen.

Estas pruebas también pueden realizarse una vez finalizado el tratamiento para evaluar el resultado del mismo o bien, en las revisiones, para descartar una recidiva (la aparición de nuevo del tumor).

  • Rx tórax: se realiza para estudiar los pulmones y descartar que el tumor no haya hecho metástasis en los mismos.
  • TAC (Tomografía Axial Computerizada): Se utiliza para valorar posibles adenopatías (ganglios afectos) así como otros órganos (pulmones, hígado, etc.).
  • RMN (Resonancia Nuclear Magnética): Tiene una especial utilidad en el estudio del Sistema Nervioso Central (SNC). Suele indicarse si hay sospecha de metástasis cerebrales o en médula espinal.
  • PET (Tomografía por Emisión de Positrones): Muestra áreas de actividad metabólica anómala en grupos de células. Es útil en los casos en los que hay duda de si el aumento de los ganglios linfáticos se debe, después de un tratamiento a tumor residual o a cambios inflamatorios o fibrosos. En este sentido su utilidad es mayor en los seminomas .
  • Gammagrafía ósea: Es un estudio dirigido a estudiar la posible extensión del tumor a los huesos.

Existe una recomendación de grado fuerte en las Guías Clínicas de la EUA (European Association of Urology) de valorar los ganglios y órganos retroperitoneales, mediastínicos y supracalviculares en los pacientes con cáncer de testículo.

Resonancia Magnética Nuclear (RMN)

Puede tener una sensibilidad y especificidad buena, e incluso mayor que la ecografía, pero no está justificada su utilización en la mayoría de las ocasiones. Se utiliza cuando la ecografía no es concluyente.