Seguimiento del cáncer de recto

El seguimiento del cáncer de recto se inicia una vez finalizado el tratamiento. Las revisiones periódicas son necesarias para confirmar que el paciente sigue bien. También sirven para seguimiento y control de los efectos secundarios y para instaurar, en caso necesario, un tratamiento lo más rápidamente posible.

Seguimiento y revisiones del cáncer de recto y acompañamiento

 

Revisiones tras el cáncer de recto

Incluso tras el plan terapéutico más completo, existe un riesgo de reaparición de la enfermedad. Su diagnóstico precoz permite ofrecer nuevamente un tratamiento curativo lo antes posible para mejorar los síntomas.

El riesgo de recaída es más elevado durante los 3 primeros años y posteriormente se reduce progresivamente hasta los 5 años. Aunque no es frecuente puede haber recidivas después de los 5 años.

La periodicidad de las revisiones será más frecuente (cada 3-4 meses) durante los 2 primeros años; de los 2 a 5 años se realizarán cada 6 meses y a partir del quinto año serán anuales. Esta periodicidad podría modificarse si aparecen signos o síntomas que obliguen a realizar nuevas pruebas o estudios.

¿Cuáles son las pruebas para el seguimiento?

En las consultas de revisión, el médico valora la situación del paciente y solicita las pruebas que considere necesarias:

  • Analítica que incluye hemograma, bioquímica y marcadores tumorales (los niveles de marcadores tumorales solo son orientativos y necesitan ser valorados en el contexto del paciente y del resultado de otras pruebas). El análisis se suele solicitar en todas las revisiones.
  • Radiografía de tórax: se recomienda realizar en aquellas revisiones en las que no se pida un TC.
  • Ecografía abdominal y pélvica: se solicita periódicamente cuando no se pida un TC.
  • TC: pueden hacerse periódicamente cada seis meses, para aquellos con alto riesgo de recidiva, especialmente en los primeros años después del tratamiento. Si tenían existía metástasis en el hígado o en los pulmones sería necesario realizar este estudio con mayor frecuencia durante los primeros años.
  • Colonoscopia: Se realiza aproximadamente año después de la cirugía. Si los resultados son normales, se realiza otra a los 3 años. En caso de que los resultados de ese examen sean normales, se realizarán cada 5 años. Si la colonoscopia muestra áreas anormales o pólipos, puede que se requiera hacer con más frecuencia (anuales o cada 2 años).