No dejes que nadie decida sobre lo que sientes. ¿Sabes una cosa? Tu tristeza, tu rabia y tu alegría son tuyas. Si alguien te dice que no deberías sentir lo que sientes, no lo tengas en cuenta. Habla con alguien que acepte tu pena y que te ayude. Tu dolor es tan especial como tú. Igualmente debes saber que si no te sientes apenado o triste por lo que ha pasado, tampoco nadie debe hacerte sentir mal o culpable por ello.