¿Qué es un linfoma?
Los linfomas son neoplasias en las que se produce una proliferación o alteración maligna de linfocitos, células de la sangre esenciales para el funcionamiento adecuado del sistema inmune, incluyendo la defensa frente a infecciones y el control de la respuesta inmunológica en enfermedades como el cáncer. A diferencia de la leucemia, que se origina en la médula ósea, los linfomas se originan de forma general en el sistema linfático, principalmente en los ganglios linfáticos, donde se produce la activación y maduración de algunos linfocitos. Sin embargo, el linfoma también puede afectar a otros órganos y regiones dada la presencia de células linfoides en regiones como el hígado, el pulmón o la médula ósea.
El sistema linfático es el conjunto de órganos y tejidos (médula ósea, timo, bazo, amígdalas, tejido linfoide asociado a mucosas, ganglios y vasos linfáticos) que forman parte del sistema inmune y que intervienen en la producción, maduración, activación y el desarrollo de las funciones de estos linfocitos. Además de proporcionar protección frente a infecciones, el sistema linfático tiene un papel importante en el cáncer y en la eliminación de células dañadas o alteradas. El sistema linfático tiene algunas similitudes con el sistema circulatorio ya que es un sistema de transporte, en este caso de la linfa (líquido compuesto por proteínas, nutrientes, linfocitos y células dañadas). De esta forma, el sistema linfático recoge el líquido linfático que sobra de los tejidos del organismo y lo conduce a la sangre a través de los vasos o conductos linfáticos, evitando su acumulación y el consiguiente daño a los tejidos. Los vasos linfáticos también permiten la conexión de los ganglios linfáticos, unas pequeñas estructuras protegidas por “cápsulas” de tejido graso que actúan como “filtros” recolectores de agentes infecciosos, células viejas o dañadas y células tumorales.
Estas estructuras se distribuyen prácticamente por todo el organismo, pero se localizan especialmente en axilas, cuello, inglés y determinadas zonas del tórax y abdomen. Es en estas regiones del cuerpo donde pueden observarse y palparse de una manera más clara cuando están inflamados. En los ganglios linfáticos se produce el reconocimiento de los patógenos por parte de los linfocitos y otras células inmunes (activación linfocitaria), que además pueden interaccionar entre sí para elaborar la respuesta inmune específica más adecuada a cada situación.
De forma general, los linfomas suponen cerca del 85% de todas las neoplasias hematológicas. Se clasifican en dos grandes grupos ya que se comportan y responden al tratamiento de forma distinta: linfomas de Hodgkin, y linfomas no Hodgkin, que abarcan una amplia variedad de tipos diferentes según las células afectadas y sus características.
¿Qué es un linfoma de Hodgkin?
El linfoma de Hodgkin es una enfermedad en la que se produce una proliferación descontrolada que afecta a los linfocitos B. Generalmente, el linfoma de Hodgkin se inicia en un ganglio linfático a partir de un linfocito B que pierde su capacidad de regularse a sí mismo o que escapa al control normal del sistema inmune, y puede extenderse posteriormente a través del sistema linfático a otros órganos. Sin embargo, dado que el tejido linfático se encuentra en muchas regiones del organismo, el linfoma de Hodgkin puede originarse en multitud de localizaciones.
Estos linfocitos B alterados que aparecen en el linfoma de Hodgkin se denominan células de Reed Sternberg, que son esenciales para el diagnóstico de la mayoría de casos de la enfermedad. Sin embargo, la amplia mayoría de células que componen el ganglio linfático afectado no son células cancerosas, sino células inflamatorias no tumorales (células T, eosinófilos o neutrófilos).
Este contenido ha sido revisado en diciembre 2022 por la Dra. Almudena Cabero:
- Médico adjunta, servicio de Hematología y Hemoterapia
- Hospital Universitario de Salamanca, IBSAL, CIBERONC