Tratamientos del cáncer garganta
El tratamiento del cáncer de laringe varía en función del estadio del tumor en la laringe, de la localización del mismo (glotis, supraglotis o subglotis) y de las preferencias del paciente.
Si bien el objetivo fundamental de un tratamiento es eliminar el cáncer, preservar la función de los órganos afectados también es muy importante, ya que el tratamiento podría afectar a la calidad de vida de los pacientes. Por ello, es muy importante llevar a cabo un manejo multidisciplinar de esta enfermedad, con la participación de múltiples especialistas.
Existen 3 opciones principales de tratamiento para el cáncer de laringe:
- Radioterapia
- Cirugía
- Quimioterapia.
Para tratar el cáncer de laringe se puede utilizar una de estas terapias o una combinación de ellas. La cirugía y la radioterapia son los tratamientos más frecuentes. Es posible utilizar quimioterapia antes de la radioterapia y/o cirugía, o durante estas, para aumentar la posibilidad de destruir las células cancerosas.
¿Qué opciones de tratamiento existen?
La cirugía radical de la laringe o laringectomia total, tiene como secuela la pérdida permanente del habla así como la respiración a través de un orificio que comunica directamente con la tráquea o traqueostoma.
Una vez planteadas las distintas opciones de tratamiento debe ser el paciente el que debe elegir la mejor opción siempre que esto sea posible.
Cirugía
Aunque es posible que se tenga que realizar la extirpación de la laringe (laringectomía), en la actualidad se realizan con más frecuencia cirugías conservadoras para preservar la voz.
Cuando el cirujano te recomiende este tratamiento, seguramente te explicará con profundidad los detalles del mismo. Este es un buen momento para que preguntes y expreses todas tus dudas. Disponer de la suficiente información evita la aparición de temores infundados.
Dependiendo de la situación de cada enfermo, existen diferentes opciones y técnicas de tratamiento quirúrgico:
- Laringectomía total: Se extirpa toda la laringe. Es una cirugía mutilante ya que va asociada a traqueostomía permanente y a pérdida de la voz ( se extirpan las cuerdas vocales).
- Cordectomía: Consiste en la extirpación únicamente de la cuerda vocal afecta. Puede ser abierta o con láser.
- Laringectomía supraglótica: Consiste en extirpar la supraglotis. Preserva las cuerdas vocales y puede no necesitar traqueostomía permanente. Tiene la ventaja de que preserva la voz.
- Linfadenectomía: Es la extirpación de los ganglios linfáticos de la zona del cuello. Dependiendo de la localización del tumor, el riesgo de afectación de los ganglios del cuello puede variar. En los tumores supra y subglóticos es frecuente esta afectación por lo que se suele llevar a cabo la linfedenectomía. Se conoce con el nombre de disección ganglionar cervical. En los cánceres de glotis, no se afectan los ganglios por lo que no es preciso realizar este tipo de cirugía.
- Cirugía con láser: En los últimos años la cirugía mediante láser de CO2 se ha convertido en una herramienta muy útil para los tumores pequeños, confinados a las cuerdas vocales, con la ventaja de no necesitar traqueostomía y con una recuperación más precoz tras la cirugía.
Efectos secundarios de la laringectomía
La laringectomía, como ocurre en la mayoría de las intervenciones quirúrgicas, no está exenta de complicaciones y de efectos adversos, los cuales pueden presentarse con mayor o menor frecuencia tras la intervención. Habitualmente, suponen un problema grave para el paciente, afectando su calidad de vida.
Molestias asociadas a la intervención
- Dolor en la zona de la intervención: Cuando te despiertes de la anestesia, es normal que sientas dolor en la zona de la intervención. Generalmente, el cirujano dejará pautados fármacos que te aliviarán. Si el dolor no cede es importante que lo comentes con el personal de enfermería o con el médico cuando te visite unas horas después de la cirugía. El dolor, en este caso, no indica problemas de recuperación sino simplemente que hay una herida.
- Molestias por sonda nasogástrica: También supone importante fuente de incomodidad el hecho de que el paciente requiera tener puesta una sonda nasogástrica durante un tiempo tras la cirugía.
- Traquestomía: En algunas ocasiones la cirugía del cáncer de laringe hace que el enfermo requiera la realización de una traqueostomía, orificio que comunica la tráquea con el exterior, y que se encuentra en la parte inmediatamente superior del esternón.
- Afonía y disfonía: Una secuela importante de la larigectomía y de la cirugía conservadora es la pérdida de la voz en el primer caso (afonía) o la alteración de la misma (disfonía) en la segunda. Esta secuela supone una alteración de la calidad de vida de los pacientes, ya que los enfermos que precisan este tipo de cirugía necesitan una posterior rehabilitación funcional. Tienen que aprender, no sólo los cuidados del traqueostoma (así se llama el orificio), sino que también necesitan aprender a comer y a hablar de nuevo (ya que requirieron la extirpación de las cuerdas vocales).
Cuidados después de una cirugía de laringe
El cirujano te explicará con profundidad los detalles de la cirugía. Este es un buen momento para que preguntes y expreses todas sus dudas. Te indicará los cuidados de fisioterapia que sean precisos en cada caso y las ayudas que puedan necesitar.
Los efectos secundarios y molestias son las que presentan la mayoría de los procedimientos quirúrgicos.
Los cuidados para el dolor y la higiene de la herida serán indicados a cada paciente por parte del personal sanitario en el hospital.
Quizá lo más destacado en estos casos sea la alteración anatómica y estética; así como las infecciones que son muy frecuentes en esa zona.
Radioterapia para el cáncer de laringe
La radioterapia se puede emplear como tratamiento único o en combinación. Se puede administrar antes de la intervención para disminuir su tamaño y facilitar la cirugía, o después de la misma, para consolidar el tratamiento.
Asimismo, se puede administrar con la quimioterapia para potenciar sus efectos (quimioirradiación).
Opciones de radioterapia
El tratamiento con radioterapia siempre es individualizado, es decir, cada enfermo tendrá su tratamiento específico y distinto al de otro paciente, dependiendo de la localización y extensión de la enfermedad.
Según la finalidad con que se emplee, la radioterapia puede ser curativa o paliativa.
Dependiendo de la localización, y sobre todo de la fase en la que se encuentre la enfermedad, puede ser un tratamiento con finalidad curativa, sobre todo en etapas iniciales. Suele dar buenos resultados para los cánceres localizados en la glotis.
En general, la radioterapia en el cáncer de laringe, tiene distintas aplicaciones:
- Como único tratamiento en los tumores localizados en una cuerda vocal (T1 y T2) sustituyendo a la cirugía con similares resultados.
- Como tratamiento complementario de los tumores resecados por completo pero con los márgenes afectados y los ganglios cervicales analizados positivos.
- Formando parte de un tratamiento combinado con quimioterapia en aquellos tumores en los que no se puede plantear la cirugía como primera opción.
Salvo para los tumores de glotis, suele ser necesario casi siempre que el tratamiento comprenda todo el cuello.
El tratamiento de radioterapia suele durar entre dos y siete semanas, dependiendo de la dosis que se administre y del número total de sesiones.
Diariamente, cada sesión dura sólo unos minutos (quince aproximadamente).
Quimioterapia
La quimioterapia es una de las modalidades terapéuticas más empleadas en el tratamiento del cáncer. Su objetivo es destruir, empleando una gran variedad de fármacos, las células que componen el tumor con el fin de lograr la reducción o desaparición de la enfermedad.
Un régimen o programa de quimioterapia, por lo general, consiste en una cantidad específica de ciclos que se administran en un período de tiempo determinado. Un paciente puede recibir 1 fármaco por vez o combinaciones de diferentes fármacos al mismo tiempo. Existen múltiples esquemas que se utilizan en esta enfermedad, muchos de ellos utilizando cisplatino como el agente más frecuente.
El uso de estos esquemas de quimioterapia para el cáncer de laringe, se puede usar antes de la cirugía, radioterapia, o ambas, denominándose entonces terapia neoadyuvante.
Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen de la persona y de la dosis utilizada, pero pueden incluir fatiga, náuseas y vómitos, caída de cabello, pérdida del apetito, diarrea, sequedad en la boca, pérdida de la audición y llagas abiertas en la boca que pueden derivar en infecciones.
En los últimos años, se han introducido nuevas alternativas terapéuticas.
La terapia dirigida es un tratamiento que apunta a los genes o a las proteínas específicos del cáncer, o a las condiciones del tejido que contribuyen al crecimiento y a la supervivencia del cáncer. Este tipo de tratamiento bloquea el crecimiento y la diseminación de las células cancerosas y, a la vez, limita el daño a las células sanas. El cetuximab es un tratamiento dirigido aprobado para el uso combinado con la radioterapia para el cáncer de cabeza y cuello localizado y también está aprobado para el uso con la quimioterapia para el tratamiento de pacientes con cáncer metastásico (vea a continuación).
La inmunoterapia, diseñada para estimular las defensas naturales del cuerpo a fin de combatir el cáncer, también ha demostrado utilidad en esta enfermedad, y la agencia europea del medicamento ha aprobado el uso de nivolumab y pembrolizumab para el tratamiento de pacientes con carcinoma de células escamosas metastásico o recurrente después de que una quimioterapia con un fármaco basado en platino haya dejado de funcionar.