¿Cómo se lleva a cabo la detección precoz?
La detección precoz se realiza a través de los programas de cribado. Estos programas ofrecen a la población realizarse una prueba diagnóstica (diferente dependiendo del tipo de cáncer), con el fin de poder detectar precozmente los casos de cáncer en aquellas personas que aún no presentan síntomas pero que ya lo padecen.
El objetivo de estos programas es, al detectar a tiempo la enfermedad, poder recurrir a tratamientos menos agresivos, aumentar las posibilidades de curación y supervivencia.
Los programas de cribado normalmente no se realizan a toda la población, sino a aquellas personas que por su edad y género tengan un riesgo mayor de padecer determinados tipos de cáncer.
La evidencia científica ha demostrado que la detección precoz de determinados tumores puede ser una forma efectiva de reducir el impacto que producen. En la actualidad se utiliza para los tres tumores en los que se ha demostrado que el beneficio obtenido compensa a los efectos adversos que puede producir (resultados falso-positivos, sobrediagnósticos, sobretratamientos, resultados falso-negativos, etc.). Estos tumores son: cáncer de mama, cáncer colorrectal y cáncer de cérvix o cuello de útero.
¿A quién van dirigidos los programas de cribado?
Los programas de cribado de cáncer de mama, cáncer colorrectal y cáncer de cuello de útero son programas de salud pública que ofrece el Sistema Nacional de Salud y que se realizan en todas las comunidades y ciudades autónomas. En España, son las Comunidades, en el marco de sus competencias, las responsables de la planificación y realización de estos programas.
La detección precoz del cáncer de mama se realiza a mujeres entre 50 y 69 años a través de una mamografía, habitualmente cada dos años. En el caso del cáncer de cuello de útero también va dirigido a mujeres, aunque hay más variación entre los intervalos de edad y el intervalo de tiempo entre las exploraciones.
Por último, las pruebas de cribado del cáncer colorrectal están dirigidas tanto a hombres y mujeres entre 50 y 69 años, cada dos años. La prueba que se utiliza suele ser la prueba de sangre oculta en heces.
Recuerda que participar en los programas de cribado es fundamental para reducir el impacto del cáncer. Si tienes dudas al respecto, consulta con tu médico o especialista de referencia.