Afrontando la pérdida

Aunque somos conscientes de que la muerte es un proceso natural y de que todos/as en algún momento pasaremos por ella, reconocer y asumir que nuestro ser querido se encuentra al final de la vida genera tanto dolor que, en ocasiones, negamos esta fase y continuamos como si la muerte fuese ajena a nosotros/as.  

Sin embargo, es muy importante identificar esta situación para poder seguir cuidando a nuestro ser querido de la mejor manera posible hasta el último día de su vida, también en todas las nuevas cuestiones que surgen en este etapa. 

Sabemos que son momentos muy duros; cuidar a una persona que quieres en el final de su vida puede suponer un gran desgaste físico y emocional. A esto se suman los sentimientos que pueden aparecer al pensar que algún día dejará de estar a tu lado. Por ello, cuidar a un ser querido es un acto de generosidad y más cuando se encuentra en una situación tan delicada. 

En este sentido, queremos ofrecerte algunos aspectos a tener en cuenta:

  • Pregúntale a tu ser querido dónde le gustaría ser cuidado los últimos días de su vida y de qué manera (averigua si tiene redactadas sus voluntades anticipadas). Si la respuesta es en casa, infórmate sobre las ayudas prácticas que puedes recibir en tu domicilio y los recursos disponibles y pide apoyo al personal sanitario que le atiende para que te ofrezcan pautas para su cuidado y para los imprevistos que pueden surgir, sobre todo en los momentos finales. Si prefiere ser atendido en el hospital, o las circunstancias hacen que esta sea la única opción, podrás acompañarle, transmitirle que no está solo/a y seguir proporcionándole todo tu cariño y afecto. 

 

  • Hazle partícipe en la toma de decisiones, especialmente en las que afectan a su situación y cuidado, pero también en las pequeñas cosas diarias, en las rutinas familiares. De este modo, ambos os sentiréis más acompañados. 

 

  • Aprovechad cada minuto que estéis juntos para hablar y compartir buenos momentos, disfrutar de las cosas que os unen, recordar viejos tiempos,… aunque parezca difícil, dentro de los miedos y preocupaciones, todavía podéis vivir momentos agradables llenos de ternura. Incluye al resto de la familia, será más reconfortante para todos.

 

  • Exprésale cómo te sientes (no pasa nada porque sepa que estás “enfadado con la vida”, cansado, triste, preocupado…) y permítele a tu ser querido que haga lo mismo y sobre todo que pueda despedirse de todas las personas a las que quiere, si así lo desea.

 

  • Pide ayuda cuando la necesites, tú también tienes que cuidarte. Comparte con tus familiares y amigos cómo estás y cómo te sientes, diles qué necesitas y en qué te pueden ayudar, seguro que quieren hacerlo pero no saben cómo. Intenta llevar una alimentación equilibrada, dar algún paseo de vez en cuando, dormir en la medida de lo posible, buscar ratitos para descansar, etc. 

 

  • Puede que a lo largo de  esta etapa y ante la pérdida de un ser querido dudes de tus creencias y del sentido de la vida, pero si eres creyente, y en otras situaciones difíciles te ha ayudado, puedes apoyarte en tu religión como un recurso más.

 

Y si en algún momento crees que un especialista puede ayudarte, ponte en contacto con nosotros. En la AECC ponemos a tu disposición un equipo de médicos, psicólogos y trabajadores sociales que pueden orientarte de forma gratuita en todos aquellos aspectos que consideres oportunos. Puedes solicitar una cita en la sede de tu provincia, llamar al teléfono gratuito de Infocáncer (900 100 036) o escribir a través de nuestro consultorio online.

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