Opciones de tratamiento para el cáncer

El tratamiento del cáncer es multidisciplinar, es decir, las distintas modalidades terapéuticas se combinan para proporcionar al enfermo el plan de tratamiento más adecuado que permita aumentar las posibilidades de curación de la enfermedad.

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Plan de tratamiento

 

Generalmente en el tratamiento del cáncer se siguen unos protocolos. Son un conjunto de normas y pautas (plan de tratamiento) que se establecen, basándose en la experiencia científica, para el tratamiento de una enfermedad. Estos protocolos, que se emplean de forma generalizada en todos los hospitales, recogen las indicaciones o limitaciones del tratamiento en función de una serie de factores: 

Relacionados con el tumor:

  • El tipo de tumor
  • La localización y el tamaño
  • La afectación de los ganglios o de otros órganos 

Relacionados con el paciente:

  • La edad
  • El estado general de salud
  • Otras enfermedades importantes
  • El deseo del propio paciente  

Las principales modalidades de tratamiento son: cirugía, radioterapia y quimioterapia. Aunque también puede administrarse otro tipo de terapias específicas para algunos tumores como la hormonoterapia, la inmunoterapia, el tratamiento con láser, etc.

 

Cirugía

Cirugía

La cirugía suele ser el principal tratamiento para determinados tumores. Hace unas décadas era un tratamiento agresivo, ya que su finalidad era eliminar el tumor con la mayor cantidad de tejido sano de alrededor para eliminar todas las células tumorales.

Actualmente, con el desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas, es posible intervenir de forma satisfactoria a multitud de enfermos, conservando, la mayoría de las veces, el órgano donde se asentaba el tumor y su función (cirugía conservadora). Está indicada en los cánceres que no se han extendido a otros órganos. También tiene un papel muy importante en el diagnóstico y estudio de extensión de la enfermedad. En función de sus objetivos puede ser:

  • Preventiva: se emplea para extirpar lesiones que con el tiempo pueden llegar a ser malignas.
  • Diagnóstica: se extirpa una muestra de tejido para analizarla al microscopio (biopsia) y descartar o confirmar que la lesión sea un cáncer.
  • De estadiaje: permite conocer la extensión del tumor.
  • Curativa: se extirpa todo el tumor con tejido sano de alrededor. Su intención es curar el cáncer.
  • Paliativa: se utiliza para tratar alguna complicación del tumor y disminuir los síntomas que ocasiona.
  • Reparadora: su objetivo es restaurar la apariencia y/o la función de un órgano tras la realización de la cirugía curativa.  

Antes de cualquier cirugía es preciso realizar un estudio preoperatorio. Consiste en un análisis de sangre, un electrocardiograma, una radiografía de tórax y una consulta con el anestesista que valorará el riesgo de la intervención y el tipo de anestesia más indicado.

Asimismo, tras las explicaciones del cirujano, el paciente ha de firmar un consentimiento informado, donde consta reflejada toda la información sobre la cirugía. En él declara haber recibido y comprendido dichas explicaciones.

Los efectos secundarios de la cirugía variarán en función de la localización del tumor, aunque determinados efectos son generales a cualquier localización como puede ser el dolor por la herida quirúrgica. 

Para más información consulta el apartado de tratamientos.

 

Radioterapia

Radioterapia

Aproximadamente seis de cada diez enfermos de cáncer reciben radioterapia como parte importante de su tratamiento. Puede administrarse asociada a otras terapias (cirugía y/o quimioterapia) o como tratamiento único. 

En función de cómo se administre la radiación la radioterapia puede ser de dos tipos:

  • Externa: consiste en la administración de las radiaciones desde el exterior mediante unos equipos que generan la radiación (aceleradores lineales). En ningún momento contactan con el paciente. Antes de iniciar el tratamiento es preciso realizar una planificación o simulación del mismo. En ella se determinan la zona de tratamiento, la dosis total, el número de sesiones en las que se reparte dicha dosis y la postura más correcta en la que se situará al enfermo. La mayor parte de las veces las sesiones se administran durante cinco días a la semana, descansando dos. Este descanso generalmente coincide con el fin de semana.

 La administración del tratamiento no es dolorosa. En ningún caso el paciente emite radiaciones.  

  • Interna: consiste en la administración de la radiación a través de materiales radiactivos (isótopos) con distintas formas, que se introducen en el organismo, muy próximos o en contacto con el tumor. Para llevar a cabo el implante es preciso administrar algún tipo de anestesia. Puede apreciarse una ligera molestia en la zona del implante, aunque, generalmente, desaparece a los pocos días de finalizar el tratamiento. 

Una vez que se extraen los materiales radiactivos el paciente no emite ningún tipo de radiación.

Los efectos secundarios de la radioterapia son cada vez menos frecuentes y más tolerables debido, fundamentalmente, a la mejora de las técnicas empleadas. Dependerán, en gran medida, de la zona donde se administre el tratamiento.

El tratamiento con radioterapia siempre es individualizado. Cada enfermo tendrá su tratamiento específico, distinto al de otro paciente. 

 

Para más información consulta el apartado de tratamientos.

 

Paciente recibiendo quimioterapia

Quimioterapia

Es una de las modalidades terapéuticas más empleadas en el tratamiento del cáncer. Su objetivo es destruir, empleando una gran variedad de fármacos, las células que componen el tumor con el fin de reducir y/o eliminar la enfermedad.

A los fármacos empleados en este tipo de tratamiento se les denomina fármacos antineoplásicos o quimioterápicos.

Este tratamiento se administra en forma de ciclos. Un ciclo consiste en la administración de los fármacos durante uno o varios días, seguido de un tiempo variable de descanso, que suele oscilar entre una y cuatro semanas.

Dependiendo del tipo de cáncer y de los fármacos que se vayan a emplear, la quimioterapia puede administrarse en forma de pastillas (por vía oral) o inyectando la medicación en una vena (intravenosa).

Generalmente, cuando el tratamiento se administra por vía intravenosa, el paciente acude al hospital de día para su administración. Tras unas horas, éste puede irse a su domicilio hasta el próximo ciclo, y seguir realizando el mismo tipo de vida que antes de iniciar la quimioterapia.

La duración total del tratamiento y sus efectos secundarios dependen de una serie de factores como son el tipo de tumor, la respuesta del tumor al tratamiento y el tipo de quimioterapia empleada.

 

Para más información consulta el apartado de tratamientos.

 

 

Otros tratamientos

Existen otras terapias que, aunque con menor frecuencia, se emplean en el tratamiento del cáncer. Generalmente están indicados en tumores o circunstancias de la enfermedad muy concretas.

Algunas de estas terapias son las siguientes:

  • Hormonoterapia: se emplea en aquellos tumores que crecen por el estímulo de alguna hormona. A estos cánceres se les denomina hormono-dependientes y los más representativos son el de mama y el de próstata. Esta modalidad consiste en el empleo de determinadas hormonas para detener o disminuir el crecimiento del tumor. Podrás encontrar más información en el apartado de tratamientos.
  • Inmunoterapia: es un tratamiento que consiste en utilizar el sistema de defensa (sistema inmune) para destruir las células tumorales. Esto se consigue bien estimulando el propio sistema inmune o bien introduciendo en el organismo sustancias elaboradas en un laboratorio, semejantes a las del sistema inmune, capaces de controlar la enfermedad.
  • Radioterapia intraoperatoria: consiste en la administración de la radiación durante la misma cirugía, directamente en la zona del tumor. Se emplea en el tratamiento de tumores abdominales. Con esta técnica se reduce la dosis de radiación en los tejidos normales.
  • Radioterapia esterotáxica: consiste en la administración, de forma muy precisa, de altas dosis de radiación en zonas muy pequeñas. Se suele emplear en el tratamiento de tumores cerebrales muy pequeños.
  • Cirugía con láser: consiste en la emisión de un rayo de luz muy potente y focalizado, que permite la destrucción del tumor. Se emplea en el tratamiento de lesiones premalignas o como tratamiento paliativo en algunos tumores.
  • Crioterapia: consiste en la destrucción del tumor por frío, empleando nitrógeno líquido. Generalmente se emplea en el tratamiento de lesiones premalignas o en el tratamiento de algunos tumores en fases muy localizadas.

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