Tanto el tratamiento con radioterapia por sí mismo como los desplazamientos diarios necesarios para su administración pueden incrementar la sensación de cansancio, sobre todo si se suman a otros tratamientos como la quimioterapia. La quimioterapia puede provocar cansancio porque afecta la médula ósea, pudiendo dar lugar, entre otros síntomas, a anemia, que se suele acompañar de cansancio.
Esta sensación de cansancio es temporal y suele desaparecer entre ciclos de quimioterapia o algún tiempo después de finalizar el tratamiento con radiaciones y/o quimioterapia.