Doce pacientes oncológicas del Hospital Infanta Cristina de la localidad madrileña de Parla (cáncer de mama y hematológico) partieron en verano y volvieron en otoño a la capital tras su primera experiencia conjunta recorriendo el Camino de Santiago, un reto siempre complicado y más en el proceso en el que se encontraban, que, aunque óptimo, no quita el empeño y tesón extras que tuvieron que poner en la ruta.

Acompañadas por una médica, enfermeras y auxiliares del centro hospitalario, más la coordinadora de voluntariado de la Asociación Española Contra el Cáncer en el hospital, Ana Garvía, que ya posee experiencia en el Camino, partieron a las 8:30 horas de la mañana del 17 de septiembre del Infanta Cristina y llegaron a la plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela (La Coruña) el viernes 22, sobre las 15:00 horas.  Después, cena, junto al gerente del centro, Carlos Mingo, el director médico, José Gilberto y los sanitarios.

En este camino, las peregrinas se anudaron un pañuelo de color rosa al cuello con el emblema de la Asociación, que apoyó la causa, y estuvieron acompañadas por representantes de la empresa Sacyr que financió parte del proyecto.

La coordinadora de voluntariado de la Asociación en el centro hospitalario, Ana Garvía, integró una vez más la expedición de pacientes

El sol, la lluvia y el viento, incluso frío algunos días, acompañaron al grupo. “Nos hizo de todo este año”, apunta Garvía, que habla en todo momento de del “espíritu de superación” que estuvo presente desde “la primera cuesta en Sarria, que ya se nos hizo dura intuyendo lo que tendríamos por delante”.

Etapas con cuestas, casi desde el inicio, que se superaron con ese espíritu de superación del que habla la coordinadora. “Ni la falta de aire ni las ampollas nos podían parar”, añadió.  No faltó tampoco el sentido del humor, que “fue un gran aliado en los momentos difíciles”.

El Camino -denominado ‘francés’- se dividió en cinco etapas: el día 18, de Sarria a Portomarín, con 22 kilómetros; el 19, de Portomarín a Palas de Rei, 25 km.; el día 20, se arribó a la localidad de Arzúa tras completar 28,8 km. -aunque un grupo hizo 19,6 km. y comenzó en Leboeiro-; el penúltimo día, se alcanzó Podrouzo después de 20 km.; y el viernes 22, la capital gallega abrió sus puertas a las protagonistas, una vez completados los 21 kilómetros de la última ruta.

El regreso a Madrid fue el día 24, ya entrado el otoño, después de asistir en la primera fila de la Catedral de Santiago a la tradicional misa del Peregrino -donde se mencionó públicamente al grupo-, además de poder disfrutar de algún día más del placer de pasear y descansar en Santiago, tras cumplir un sueño que se inició en 2019, antes de la pandemia de covid-19, y una vez superado el obstáculo sanitario, cumplir este año con la cuarta edición del Camino.