Cuanto más cercana está la edad de la menopausia más posibilidades hay de que un tratamiento quimioterápico adelante la menopausia.
La radioterapia sobre la pelvis, cuando los ovarios caen dentro del campo de irradiación, también ocasiona esterilidad, prácticamente en la totalidad de los casos.
Otros tratamientos, como los hormonales utilizados en el cáncer de mama (antiestrógenos y análogos de la enzima LHRH) también dan lugar a anulación de la función ovárica, temporal o definitiva.
Cuando una mujer joven, que todavía desea tener descendencia propia, se tiene que tratar con alguno de estos tratamientos, debe de ser informada sobre las posibilidades de que este deseo no pueda verse cumplido.
Se calcula que en España se diagnostican al año 1.000 nuevos casos de cáncer en menores de 14 años. Los avances terapéuticos y diagnósticos han logrado que el 75% de los tumores infantiles sean curables; aunque, a cambio, las terapias provocan algunas secuelas importantes a largo plazo, como es el caso de la infertilidad, que puede afectar al 25%-30% de los casos en ambos sexos. Se calcula, por ejemplo, que un 42% de las mujeres jóvenes que han recibido quimioterapia y/o radioterapia desarrollan un fracaso precoz de la función ovárica antes de cumplir los 30 años.
El rango de edad del programa de preservación de la fertilidad en mujeres que se van a someter a terapias contra el cáncer se sitúa entre los 11 y los 39 años; con una edad media de 32 años para las que tienen un cáncer de mama y de 24 en la enfermedad de Hodgkin.
¿Existen medidas para preservar la fertilidad en las mujeres jóvenes sometidas a tratamiento oncológico?
Debemos ante todo tener en cuenta los siguientes aspectos:
- El tipo de tumor que necesita ser tratado. Es posible que no sea conveniente demorar el inicio del mismo para dar tiempo a realizar los procedimientos enfocados a conservar la fertilidad. Este sería el caso de tumores agresivos que precisan de la puesta en marcha con urgencia de las medidas terapéuticas necesarias. Por ejemplo los tumores hematológicos (leucemias agudas, linfomas de alto grado) o los tumores sólidos de crecimiento rápido.
- El tipo de tumor en el que sea perjudicial el procedimiento. Un ejemplo es el cáncer de mama hormonodependiente.
- La edad de la paciente.
Recientemente han salido en la prensa noticias nuevas estrategias para preservar la capacidad reproductora de las mujeres sometidas a tratamientos oncológicos: 1. - Congelación de tejido ovárico en niñas.
En el año 2006 hubo un caso de una mujer de 31 años que recibió un autotransplante de tejido ovárico propio, previamente extraído y congelado, cuando le fue diagnosticada una enfermedad tumoral. Desde entonces esta técnica se ha utilizado en más de 200 pacientes en todo el mundo. El Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona fue pionero de la misma, desde finales de los años noventa. Actualmente el Hospital Peset de Valencia es uno de los centros acreditados para realizarla en España. El tejido puede estar congelado entre 15 y 20 años, pero la duración del implante, que se realiza por laparoscopia y con anestesia epidural, tiene una efectividad garantizada de unos cinco años. Esta técnica se desaconseja en los casos de leucemia por el peligro de reintroducir células malignas en el organismo de la paciente.
2. Congelación o vitrificación de óvulos.
Esta metodología requiere que la mujer reciba previamente unas dosis elevadas de estrógenos para que así se induzca la maduración de varios óvulos en los ovarios. La administración de estrógenos puede estar claramente desaconsejada en tumores como el cáncer de mama ya que también puede estimular el crecimiento del tumor.
3.Congelación de embriones ya fecundados.
4.Maduración de óvulos en el laboratorio.
Es una nueva técnica experimental desarrollada por científicos de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido). Los investigadores tomaron muestras de tejido ovárico de seis mujeres que dieron a luz por cesárea y las cultivaron en el laboratorio durante seis días hasta que los óvulos inmaduros comenzaron a crecer. Posteriormente, estos oocitos que se estaban desarrollando en los folículos fueron de nuevo cultivados individualmente, esta vez añadiéndoles ciertos factores de crecimiento capaces de simular lo que ocurriría en realidad en los ovarios. Hasta ahora esta metodología no se ha aplicado en la clínica, ya que no se han concluido los ensayos clínicos.
En conclusión, la decisión de tomar medidas para preservar la fertilidad en mujeres sometidas a quimioterapia tiene que ser muy individualizada, teniendo en cuenta, fundamentalmente la edad y el tipo de tumor.