Comer bien es importante. Al cuerpo le conviene recibir una alimentación sana, completa y equilibrada en nutrientes. Esto es así estemos o no atravesando un proceso oncológico. Dicho esto, la alimentación es uno de los elementos en que los pacientes de cáncer pueden tener un mayor control sobre su bienestar y es especialmente deseable cuidar nuestra dieta durante el tratamiento.

La presencia de un tumor altera el metabolismo del cuerpo, y puede llegar a provocar en el paciente un estado de desnutrición severo. Una buena dieta puede ayudarnos, por ejemplo, durante las fases más agresivas de la quimioterapia, a mitigar las náuseas o regenerar más rápidamente los tejidos dañados por el tratamiento. También es importante derribar los falsos mitos que rodean a los alimentos en relación al cáncer.