El consumo de alimentos ultraprocesados de forma habitual en nuestra dieta hace que aportemos una mayor cantidad de grasas poco saludables, azúcares añadidos y sal, además, desplaza el consumo de otros alimentos más saludables. Esto hace que empeore la calidad de nuestra dieta y estemos aportando una cantidad de calorías excesivas que provoca un aumento del riesgo de sobrepeso y obesidad, problemas cardiovasculares, diabetes y cáncer. 

El consumo de galletas, cereales de desayuno azucarados, bollería, bebidas azucaradas, productos precocinados, entre otros, ha aumentado mucho en los últimos años, en parte, debido a su presencia en la publicidad, el fácil acceso que tenemos a estos productos y a la facilidad en el consumo. De hecho, se calcula que una tercera parte de las calorías que tomamos a diario provienen de alimentos ultraprocesados. 

Si reducimos o evitamos su consumo obtendremos un beneficio para la salud, pero es importante y conveniente proteger a los niños del consumo de estos alimentos. 

La recomendación de consumo en este tipo de productos es cuanto menos, mejor. Evita comprar estos productos, ya que si están por casa, los acabarás consumiendo. 

Es recomendable que compramos más producto fresco o mínimamente procesado, tales como fruta fresca, verduras y hortalizas, frutos secos, pan integral, lácteos sin azucarar ni edulcorar ... 

Reduciendo el consumo de productos ultraprocesados conseguirás reducir los residuos que generas ya que suelen ir envueltos en plástico. Además, reducirás el gasto a fin de mes, ya que no nos aportan ningún beneficio y estamos destinando unos recursos económicos en alimentos "extra".